El diferente estatuto jurídico de hombres y animales es consecuencia de su diferente estatuto ontológico. El ser humano está revestido de dignidad, lo que exige el reconocimiento de unos derechos que aseguren una vida digna. El animal carece de dignidad, pero debe ser objeto de protección por el Derecho, aunque no se le reconozcan derechos.
Este estudio se centra en las diferencias ontológicas de mayor relieve entre el hombre y los animales, diferencias susceptibles de ser contrastadas empíricamente en la actualidad y por los datos aportados por la paleoantropología. Los derechos humanos, con su fundamento en la dignidad, constituyen la garantía de que los hombres puedan desarrollar capacidades exclusivas de su modo de ser y de las que carecen los animales.