Mellizos, trillizos, cuatrillizos… el riesgo de embarazo múltiple aumenta con los tratamientos de fertilidad. De hecho, en la fecundación ‘in vitro’, los especialistas suelen transferir dos o más embriones al útero de la paciente con el objetivo de aumentar las probabilidades de lograr un embarazo. Sin embargo, las gestaciones múltiples …
Mellizos, trillizos, cuatrillizos… el riesgo de embarazo múltiple aumenta con los tratamientos de fertilidad. De hecho, en la fecundación ‘in vitro’, los especialistas suelen transferir dos o más embriones al útero de la paciente con el objetivo de aumentar las probabilidades de lograr un embarazo. Sin embargo, las gestaciones múltiples están asociadas a un incremento de las probabilidades de parto prematuro e, incluso, de la mortalidad. Los datos demuestran que los fallecimientos neonatales son hasta cuatro veces más entre gemelos o mellizos que en hijos únicos.
Ahora, y con el fin de disminuir estos riesgos, un equipo de investigadores europeos, liderados por Ann Thurin, del Hospital Universitario Sahlgrenska, en Suecia, ha realizado una investigación en la que se ha comparado la eficacia de Transferir un Solo Embrión (TSE de sus siglas, tal y como se ha bautizado a este tipo de procedimiento) con la de implantar dos.
Para ello los científicos seleccionaron a un total de 661 pacientes que acudieron a 11 clínicas de fertilidad, públicas y privadas, de Suecia, Noruega y Dinamarca, entre mayo de 2000 y octubre de 2003. Durante el estudio, doble ciego (es decir ni médicos ni pacientes sabían el número de embriones transferidos), 331 mujeres fueron asignadas a la implantación de dos embriones, mientras que 330 recibieron sólo uno. En estos últimos casos, y cuando el cigoto único transferido no evolucionaba, se procedió a repetir el proceso, pero con uno que previamente había sido congelado.
Todas las participantes tenían menos de 36 años, se estaban sometiendo a su primer o segundo ciclo de fecundación ‘in vitro’ y en todos los casos se realizó una selección previa del futuro feto. Los datos demuestran que «la transferencia de un único embrión en mujeres de menos de 36 años y, si se pierde, de otro congelado, reduce drasticamente los nacimientos múltiples, sin que disminuya de forma sustancial el número de embarazos en comparación con la implantación de dos embriones». De hecho, los datos del trabajo, que han sido publicados en la última edición de la revista ‘The New England Journal of Medicine,’ pero que fueron dados a conocer con anterioridad durante la última Conferencia Anual de la Sociedad Europea de Embriología y Reproducción humana, que se celebró el pasado mes de junio en Berlín (Alemania), constatan que la tasa de embarazos fue del 39% en el grupo de la TSE frente al 43% entre las que recibieron dos embriones.
Ante estas cifras son los propios autores los que opinan que «las pacientes que reciben TSE pueden necesitar un ciclo adicional (usando un embrión congelado previamente) para tener las mismas oportunidades de llegar a conseguir descendencia que las que reciben más». Pero para los científicos esta desventaja es pequeña si se compara con el riesgo asociado al embarazo múltiple. Owen K. Davis, del Centro de Medicina Reproductiva e Infertilidad, de la Universidad Cornell de Nueva York (EEUU), apunta en un editorial que acompaña al trabajo y que recoge el mismo número de la revista mencionada, que la educación de las pacientes sobre los problemas del embarazo múltiple y las mejoras en eficacia y seguridad de las técnicas de reproducción asistida, probablemente eleven la aceptación de la TSE en las candidatas adecuadas». Actualmente, las guías de estos tratamientos recomiendan limitar el número de cigotos transferidos en función de las características de cada paciente y de los ciclos