Visión contemporánea de la mujer

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Introducción

Capítulo I. Feminismo

I. Conociendo el feminismo

II. La ‘idea’ de paternidad; mujer y familia.

III. Objetivos del feminismo.

Término “violencia” y su aplicación hacia mujeres.

Repercusiones y alcances.

IV. Cambios Culturales y sociales.

1. Sexo y género, ¿son lo mismo?

V. El feminismo como reto.

1. Surgimiento de la teoría contemporánea del feminismo.

2. Dos interesantes ejemplos sobre audacia femenina.

3. Expresiones sociales.

4. Transformación de conceptos con respecto a la estructura familiar.

5. Retos actuales.

Capítulo II. La mujer actual

1. La Mujer continúa siendo el cimiento de la familia

2. La Mujer ¿puede tenerlo todo

3. Entendiendo los cambios

4. La Mujer ¿ha perdido o ganado espacios?

5. Relaciones igualitarias, ¿o no?

6. Cambios en el patrón matrimonial hombre / mujer

7. Tendencias pos-modernas

8. Aplicaciones del nuevo concepto de sexualidad

9. Hacia la igualdad

Capítulo III. Diferencia / Igualdad

1. Un vistazo al mundo

A. Diferencia

a) Significado de “diferencia”

b) Diferencia como continuidad – discontinuidad

c) Diferencia como superioridad o como recurso

d) Diferencia según la Naturaleza

e) Diferencias en habilidades cognitivas

B. Igualdad

a) Significado de igualdad

b) Igualdad de los sexos: diferencia y dominación

c) Diferencia o igualdad en el estudio del conocimiento

d) Diferencia e igualdad como políticas de emancipación

e) Igualdad / Diferencia / Complementariedad. ¿Qué es lo que las mujeres desean?.

Capítulo IV.

I. Volver a la Familia. ¿Qué Familia?

1. Qué ha pasado con la familia

2. La familia bajo presión

3. Paradojas feministas y la familia

4. Destapando a la familia pos-moderna

A) El divorcio no ha pasado de moda

B) Repercusión del divorcio en los niños

II. ¿Avance o Retroceso?

III. Mujer y Maternidad

Capítulo V.

I. La educación: realizada o desvirtuada

1. Concepto de educación

2. “Derechos Sexuales” y educación

3. La Educación Sexual

a) Qué comprende la “educación integral de la sexualidad”

b) Introducción de educación sexual.

c) Estándares de la educación sexual en Europa

II. Panorama internacional de derechos humanos, mujer y familia

1. Derechos humanos

2. Los derechos de las mujeres ¿son derechos humanos?

A) UN Women

B) Comisión Sobre el Status de la Mujer, ONU

C) Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (ICPD)…

D) Comisión sobre Población y Desarrollo (CPD)

E) El Fondo de Población de las Naciones Unidas – Impacto mundial

3. La Familia. Confusión de derechos de las mujeres y de los niños en el ámbito internacional

4. Impacto internacional en políticas de familia

5. La Convención Sobre Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW)

a) México

b) En otros países

III. Acciones internacionales referentes a la vida y la familia.

A) Dos Conferencias Mundiales sobre la Juventud

IV. Consideraciones con respecto al Derecho a la Vida y Derechos Humanos

Capítulo VI

I. Diversificación del término ‘género’

1. Amplio sentido del término ‘género’

2. Derechos sexuales y anti-discriminación

3. Derechos sexuales en la ideología de género

4. Legalización del matrimonio homosexual en México

5. Oposición a la legalización del matrimonio homosexual y adopción en Francia

II. Redefiniendo el género: reconstrucción de normas sociales

1. Algunas condiciones que intervienen en la emancipación de la mujer

2. Atención internacional. Tema Violencia contra la Mujer.

III. Mujer, Familia, Trabajo

1. Dicotomía público / privado

2. Segregación en el trabajo

3. División sexual o complementariedad

4. Ante la inequidad de las mujeres

Conclusiones

Bibliografía


INTRODUCCIÓN

Desarrollé este libro cuidadosamente basándome en hechos reales y estrictamente documentados. Esto además es necesario, ya que la voluntad de conocer es una voluntad de superar la subjetividad.

El conocimiento de la verdad presupone la libertad. Esta libertad de conocer los hechos que han transformado aspectos fundamentales de la sociedad no es un capricho, sino un hecho que surge de lo que la razón es llamada por el contenido de verdad y movida por el deber, pero de ninguna manera transformada por dicho contenido de verdad.

Hace unas cuantas décadas, casi podríamos decir que apenas una generación atrás, la familia natural regía en todos los aspectos. El padre era cabeza de familia y se respetaban sus mandatos; la madre era la base del hogar, quien siempre estaba allí lista para dar consejos, para dar de comer a quienes llegaban cansados del trabajo, de la escuela, del deporte, era el confiable bienestar a quien siempre se podía acudir. Los niños eran consecuencia del matrimonio entre un hombre con una mujer. Las tasas de divorcio eran bajas y los matrimonios permanecían casados la mayor parte de sus vidas. Las guarderías eran poco conocidas y prácticamente ni siquiera había estadísticas de nacimientos de bebés con madres solteras.

Hoy el concepto de institución familiar es ciertamente diferente, aunque es un hecho que la ‘familia intacta’, como es conocida en estudios de familia, constituye una base social, económica, educativa, y de formación para las nuevas generaciones prácticamente insustituible.

Este libro es un trabajo de investigación, resultado de vivir en un periodo de transición entre aquella familia de décadas atrás y lo que hoy se denomina como ‘nuevos tipos de familia’. A través de estos cambios, se llega a los años setenta, cuando la corriente activista del feminismo deriva en ideologías de tipo sociológico que declaran abiertamente que la institución del matrimonio es el vehículo esencial para perpetuar la opresión de las mujeres; es por medio del rol de esposa que la subyugación de las mujeres se mantiene.1 El corazón del feminismo radical, antes asignado a salvar a la mujer, tenía ahora la misión de destruir no sólo el matrimonio, sino en el proceso, destruir familias.

Ya son cuatro décadas del experimento social que se ha llevado a cabo en las democracias occidentales, hoy se ha aclarado lo que en cierta época se conoció como la liberación de las mujeres. Las clases políticas se han enfrascado en debates sobre controvertidos temas tales como la discriminación laboral, igual salario o acción afirmativa. Pero el tema más sensitivo se refiere al aborto.

Entre tanto, tras esa fachada política, las verdaderas consecuencias están emergiendo: una restructuración masiva del orden social, tendencias demográficas que amenazan la verdadera subsistencia de la civilización occidental y quizá sin que se note, un crecimiento del poder del Estado y de su burocracia.

En Estados Unidos hoy las mujeres hablan de “guerra hacia las mujeres” (“war on women”) demandando sus derechos. Pero ¿qué es lo que realmente quieren las mujeres? La inventada guerra hacia las mujeres está basada en una serie de demandas políticas: aquellas que se refieren a los sistemas reproductivos de las mujeres. La condición de mujer es por tanto definida por su deseo al aborto sin restricciones y control reproductivo libre, esto es, ellas mismas se reducen a sus ovarios. Las mujeres hoy demandan derechos de las mujeres o derechos humanos de las mujeres especiales, distintos de los demás. El feminismo de izquierda se ha ido posicionando cambiando el discurso político de lo económico a lo social e incrementándose en lo sexual. Hoy este ataque se ha convertido en un ataque a la familia, al matrimonio y a la masculinidad. Esto marca una nueva forma política, una política personal, una política total: la política de la vida privada y de las relaciones sexuales.

El Capítulo I se refiere a la teoría feminista actual, aclaración de términos y las implicaciones de la ideología, los cambios que surgieron con la revolución sexual y los retos surgidos a partir de estos cambios. Esto redundó en implicaciones de tipo educativo para los hijos, quienes fueron los primeros en sufrir las consecuencias de una nueva forma de vida sin la guía total de la madre y del padre.

En el Capítulo II se exponen los alcances de la teoría de género y los desafíos a los que se enfrenta la mujer como cimiento de la familia y la misma institución familiar. Cómo las demandas femeninas y sus alcances igualitarios han derivado en el “triple rol de la mujer” multiplicándose sus problemas en lugar de resolverlos, así como el incremento de familias uniparentales y los cambios conceptuales.

La regla de protección especial es el patrón femenino. La masculinidad o la virilidad es la referencia para ambos. Acercarse a la discriminación sexual de esta forma, como si las cuestiones del sexo fueran cuestiones de diferencia y las cuestiones de igualdad fueran cuestiones de identidad, solo deja a la ley camino para mantener a las mujeres en el patrón masculino y llamar a eso igualdad entre los sexos. Realmente en esta época la mujer ¿ha ganado o perdido espacios? En esta transición ha habido cambios en el patrón matrimonial hacia tendencias igualitarias, sin embargo, hay que aclarar hasta qué punto hombres y mujeres pueden llegar a ser iguales y sus aplicaciones en el nuevo concepto de sexualidad.

El Capítulo III se refiere a doctrina de la “igualdad / diferencia” y cómo ésta ha mediado en lo que las mujeres han conseguido como mujeres de esta situación, bajo el nombre de “discriminación sexual”. Las mujeres podríamos decir de cualquier nivel y clase social, quieren “igualdad”, pero ¿se han puesto a pensar si mujeres y varones son ‘iguales’? – Este capítulo se ocupa de un problema muy importante: cómo dar acceso a las mujeres a todo de lo que han estado excluidas y valorar al mismo tiempo todo lo que las mujeres son, o se les ha permitido ser, o han desarrollado como consecuencia de su lucha por no ser excluidas de casi todo en la vida, o para que se les tome en serio en los términos de ellas mismas. En este capítulo se analiza desde varios puntos de vista el significado de diferencia y el significado de igualdad, esto para desembocar en lo que realmente las mujeres desean, no sin antes encontrarnos con el significado de la complementariedad entre varón y mujer.

Pero ¿ha sido deformada la familia de padre-madre-hijos al punto en que no podamos regresar a ella? Hay actualmente un deseo de volver a la familia, pero ¿qué familia? Este tema es desarrollado en el Capítulo IV de esta obra.

El matrimonio comunica a la sociedad que por cada niño que nace, existen una madre y un padre reconocidos, responsables tanto del niño(s) como mutuamente. Las mujeres no somos un conjunto o un grupo manejable al antojo de gobiernos o transnacionales. Las mujeres provenimos de diferentes lugares, con educación disímil y formas de actuar distintas. Pero el entendimiento de nuestro papel en sociedad es lo que debe unirnos. Las mujeres tenemos un importante papel en el balance de la familia, la comunidad, la nación y el mundo. Podemos ser exitosas en el hogar, en instituciones educativas y hacer carreras y también estar satisfechas con nosotras mismas. Aunque dichos distintivos por generaciones han sido valorados, hoy esas mismas características únicas están siendo agredidas. En este capítulo se destapa –por decirlo así—a la familia posmoderna.

El Capítulo V expone los nuevos estándares sobre ‘educación’ que han llegado a los países a partir de la presión internacional que enfatiza la “educación de la sexualidad” con fines de control poblacional. En la segunda parte de este capítulo expongo a consideración un panorama internacional de derechos humanos, mujer y familia y cómo el surgimiento de nuevos derechos de la mujer ha dado origen a la inauguración de organismos de presión que han impactado en políticas de familia. También esto significa que se ha tratado de devaluar por distintos motivos ideológicos el concepto de derecho a la vida para presionar en su contra, a pesar de que constituye el primero de los derechos humanos que debería ser respetado, pues de éste derivan todos los demás derechos.

El Capítulo VI amplía el conocimiento de la diversificación del término ‘género’ hacia derechos sexuales y anti-discriminación. Recientes conferencias de Naciones Unidas han puesto en tela de juicio el sentido tradicional de la palabra ‘familia’. Sobre todo, después de Beijing 1995, las Naciones Unidas se las ha ingeniado en emplear la palabra ‘familia’ para designar a toda suerte de uniones consensuales: uniones homosexuales, lesbianas, familias reconstituidas, familias monoparentales masculinas o femeninas. Esto a propósito de una distorsión del sentido de la palabra ‘familia’. Sus significados fluctúan al compás de los intereses en juego. Por el individualismo del que están imbuidos los llamados “nuevos derechos humanos”, la ONU pone una trampa a la institución familiar tradicional.

En este mismo capítulo VI se expone la redefinición de género, algunas condiciones que intervienen en la emancipación de la mujer y el avance de la palabra ‘violencia’ para introducir no sólo protección a la mujer sino la independencia de sus familias.

En la última parte se analiza qué implica ser una mujer trabajadora en conjunto con su libertad emancipadora que ha surgido dentro de la reestructuración económica y la flexibilización del aparato productivo que han generado sociedades duales y fragmentadas, en donde los trabajadores más calificados logran mejores posiciones y remuneraciones y en donde un segmento cada vez más extendido en el que las mujeres constituyen un grupo relevante, se localiza en condiciones de precariedad. A lo largo de las últimas décadas se ha producido lo que es sin duda el fenómeno sociodemográfico más importante de la segunda mitad del siglo XX: la incorporación de la mujer al mundo del trabajo.

En cuanto al efecto en la familia, la participación femenina en el ámbito público origina nuevas percepciones de los papeles que cumplen las mujeres y les permite una mayor autonomía respecto a sus familias. Este cambio cultural se expresa en la postergación de la primera unión, o del nacimiento del primer hijo, en una fecundidad más baja, en los conflictos que surgen en las parejas de doble carrera y en la necesidad de equilibrar el trabajo doméstico con el trabajo no remunerado.

Ya que los cambios no son unidireccionales, se han generado nuevos riesgos demográficos asociados al aumento de la fecundidad adolescente y a la fecundidad ‘no deseada’. De esta forma, los acelerados cambios sociales, económicos y culturales inciden en las relaciones internas de las familias, las mentalidades y las prácticas sociales, al coexistir lo nuevo (la economía, la reducción de la maternidad y de la dependencia económica femenina), con lo tradicional (dependencia subjetiva, mantenimiento de la división del trabajo doméstico según género). Ha ido surgiendo una definición diferente de los roles conyugales en la que el principio de igualdad se manifiesta lentamente y se relaciona con el aporte económico de mujeres e hijos al hogar. Hay nuevas relaciones paterno-filiales que reflejan un aumento del derecho de los niños y una pérdida de las relaciones de jerarquía y sumisión. En estos procesos de cambio cultural, las imágenes globalizadas de tipos de familias distintos han contribuido a impulsar los procesos de individuación y autonomía, así como los cambios en los modelos de sexualidad, especialmente adolescente.

La familia, como unidad y ámbito en el que se ejerce el cuidado material del hogar y de los hijos, ha estado tradicionalmente a cargo de la mujer, que dedicaba a ello atención exclusiva. En la actualidad este rol, o por lo menos sus funciones, deben compartirse entre los cónyuges, si es que se quiere que los dos –hombre y mujer-, padre/madre y profesionales a la vez, puedan abarcarlo todo. Por otra parte, nuestra sociedad ha sufrido descensos bruscos de natalidad. En muchas ocasiones las mujeres han tenido que elegir entre la estabilidad laboral o tener hijos. Todas estas circunstancias, vistas al principio como consecuencias sin más de la sociedad moderna, empiezan ahora a ser contempladas como realidades sociológicas que requieren más atención.

La “mujer” y el “hombre”, tal como hoy los conocemos y el tipo de relaciones que se establecen entre ellos y con la prole, son uno de los productos fundamentales de la labor de ingeniería social que se desarrolla a partir del siglo XVIII aproximadamente. Las formas de administración de recursos y de organización de las actividades económicas del capitalismo, contribuyeron de un modo decisivo a la demolición de los viejos modos de vida. Ahora bien, el desmantelamiento de los viejos modos de vida no fue acompañado de su reemplazo mecánico por instituciones nuevas y adecuadas a los cambios. Las nuevas instituciones no fueron el fruto de un proceso evolutivo sino la puesta en práctica de un proyecto con la que se perseguía, como cuestión fundamental, crear un orden social funcional al desarrollo económico propio del capitalismo. Una de las instituciones que se convierten en preocupación central es la familia, junto con las funciones que le habían asignado históricamente: procreación, crianza, recuperación de las energías vitales y de la salud al conjunto de miembros de la familia. Esto sucede en un contexto en que la población se convierte en riqueza/fuerza de trabajo, y por ello objeto de preocupación, administración y control.

La conciliación de la vida laboral y familiar ha pasado a ser uno de los grandes temas que afectan al mundo social, empresarial y político de los últimos años, y lo será aún más en el futuro. Con la incorporación cada vez mayor de la mujer al mundo laboral, vivimos en un mundo compartido. Hombre y mujeres integran, actúan y forman a la vez el mundo del trabajo y la familia. La empresa que pretenda liderar su sector durante el siglo XXI como organización que busca el beneficio, que ofrece un servicio a la sociedad y satisface la demanda del mercado, ha de asumir un nuevo aspecto: la satisfacción del empleado(a) no sólo a través de políticas de remuneración, sino también por medio de planes de desarrollo profesional y apoyo a la conciliación de la vida personal y familiar del trabajador(a), con su vida laboral.

Al final del capítulo VI se exponen algunas propuestas a futuro ante la ‘inequidad de las mujeres’.

En estas páginas intento dejar clara la situación actual de la mujer en el mundo, sus retos, inquietudes y su postura a futuro como miembro de la sociedad, de la familia y de su valiosa función como mujer.


1 Nota: Marlene Dixon enseñaba en los setentas la cátedra de sociología en la Universidad de Chicago y proclamaba que el matrimonio necesitaba ser destruido para el logro de la igualdad entre mujeres y hombres ya que era una práctica de esclavitud. Estas teorías fueron difundidas a través de la cultura norteamericana, dando por resultado una influencia negativa en la formación intelectual de millones de estudiantes. Algunas de estas ideas se expandieron a los países en desarrollo.


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Comments 2

  1. Carmen Arévalo says:

    Hola!!!
    Voy a leer tu libro. Como decimos en México “me cae como anillo al dedo”.
    Estoy preparando mi tesis para la maestría en Bioética que termine hace 3 meses.
    Vivo en Querétaro. Hasta pronto.

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