DIAGNí“STICO GENí‰TICO PREVIO A LA IMPLANTACIí“N DEL EMBRIí“N. Justo Aznar. Una nueva técnica para el diagnóstico genético de defectos hereditarios se empieza a utilizar: el diagnóstico genético preimplantatorio. Hasta muy recientemente únicamente se utilizaba el diagnóstico prenatal, que se basa en el análisis del líquido amniótico o el de las vellosidades coriales. …
DIAGNí“STICO GENí‰TICO PREVIO A LA IMPLANTACIí“N DEL EMBRIí“N.
Justo Aznar.
Una nueva técnica para el diagnóstico genético de defectos hereditarios se empieza a utilizar: el diagnóstico genético nie preimplantatorio. Hasta muy recientemente únicamente se utilizaba el diagnóstico prenatal, que se cheap jerseys from China basa en el análisis del líquido amniótico o el de las vellosidades coriales. Ambas técnicas se tienen que realizar con el embarazo ya adelantado. Ahora se introduce el diagnóstico genético preimplantatorio, que como su nombre indica, se realiza en el embrión antes de que se implante en la placenta. Por tanto, solo se puede llevar a cabo en embriones obtenidos por fertilización “in vitro”.
Cuando el óvulo se fecunda con el espermatozoide, empieza a dividirse en nuevas células. A cada una de ellas se les denomina blastómeros. Pues bien, a un educated!! embrión de 6 a 10 células se le puede extraer una de ellas, que puede ser genéticamente analizada para comprobar si wholesale nfl jerseys tienen o no anomalías genéticas, de forma tal que posteriormente solo se implanten aquellos embriones sanos. Es indudable que desde un punto de vista biológico, el diagnóstico genético preimplantatorio es un objetivo avance, pero cuando se considera su vertiente ética muestra objetivas dificultades éticas.
La primera es establecer los límites de normalidad de ese embrión. Es decir, determinar los criterios que van a permitir a ese embrión que sea o no implantado. En este momento ese criterio puede oscilar entre variables tan genéricas, como que sea varón o hembra, hasta anomalías cromosómicas como pueden ser el síndrome de Down o distintas alteraciones genéticas, pero indudablemente puede ser extendido para seleccionar el embrión que se desee de acuerdo a otros criterios que pueden abarcar las más pecualiares posibilidades somáticas. Es decir, se puede estar abriendo una puerta a actitudes claramente eugenésicas.
Desde un wholesale nfl jerseys punto de vista médico, el diagnóstico genético preimplantatorio se puede utilizar principalmente en tres circunstancias:
a) para determinar el sexo del embrión y así poder controlar las enfermedades ligadas al sexo;
b) para diagnosticar enfermedades ligadas a The un solo gen, como puede ser la fibrosis quística y
c) para detectar anomalías cromosómicas, como puede ser el síndrome de Down.
Todo ello, sin duda, parece positivo, pero su valoración ética abre importantes incógnitas. En la primera circunstancia, para la determinación del sexo, se podría aplicar, por ejemplo, a embriones provenientes de madres transmisoras de hemofilia. Esta enfermedad la transmiten las Serrano) mujeres y la padecen los varones. Por tanto, se podrían no implantar los embriones varones. Pero no todos los varones la padecen, por lo que se podrían eliminar un sustancial porcentaje de varones sanos. Por otro lado, esta enfermedad, la hemofilia A, es una de las enfermedades en donde parece que de una forma más eficaz se esta aplicando la terapia génica. Por tanto, se podrían eliminar embriones, que es muy posible, que en unos pocos años, podrían ver resuelto su problema médico de una forma definitiva.
En el caso del Síndrome de Down, habría que preguntarse cual es la legitimidad para eliminarlos antes de nacer, y así con cualquier otra patología, pués el valor de esas vidas no depende de sus cualidades, sino de la incuestionable dignidad de la vida humana.
Por otro lado, el uso de estas técnicas, especialmente para el Síndrome de Down, no está legalizado en la mayoría la de los países, aunque puede ser realizado en algunos, como en Estados Unidos e Italia, llevando implícitas ??? objetivas dificultades para la pareja, tanto sicológicas, como médicas e incluso económicas, pués no hay que olvidar que una técnica que no puede garantizar, en términos generales más allá de un 25% de éxitos, puede costar por ciclo iniciado alrededor de 1 millón y medio de pesetas.
Los datos sobre diagnóstico genético preimplantatorio Potsdam, son todavía escasos, pues no hay que olvidar que se trata de una técnica reciente. En un amplio estudio realizado en 886 parejas, en las que se promovieron 1318 ciclos de diagnóstico genético preimplantatorio, durante un periodo de 7 años, menos del 25% tuvieron niños sanos (Human Reprod 15;2673,2000). En este estudio el diagnóstico genético preimplantatorio fue erróneo en 4 casos.
Sin duda, como en muchas otras circunstancias en las que se pueden aplicar las nuevas tecnologías biomédicas, especialmente en aquellas que se utilizan en los primeros momentos del desarrollo humano, se plantean importantes problemas éticos, que deben ser profundamente debatidos, conjuntamente con los beneficios que de las nuevas tecnologías puedan derivarse.
(Publicado en Provida Press n. 80)
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