Alec Jeffreys, descubridor de las “huellas de ADN”, que sirve para identificar personas a partir de una muestra genética, se mostró el pasado sábado muy favorable a establecer una gran archivo mundial de datos genéticos de toda la población. Durante una conferencia que celebraba los 20 años de su descubrimiento, …
Alec Jeffreys, descubridor de las “huellas de ADN”, que sirve para identificar personas a partir de una muestra genética, se mostró el pasado sábado muy favorable a establecer una gran archivo mundial de datos genéticos de toda la población. Durante una conferencia que celebraba los 20 años de su descubrimiento, Jeffreys señaló la utilidad de un archivo así en casos como el tsunami del índico, cuando había miles de cadáveres por identificar.
“Si alguno de ustedes hubiese estado en Tailandia o Indonesia de vacaciones y, Dios no lo quiera, el tsunami le hubiese matado, ¿cómo le habrían identificado? Si su perfil de ADN está en una base, podemos mirarlo ahí e inmediatamente identificarlo. Vale la pena considerar que tus datos estén en la base”, explicó a los oyentes el genetista británico.
El tema peliagudo es ¿a quién se le da acceso a esta información, quién puede entrar a mirar en la base de datos? Según Jeffreys, cualquier nueva base de datos debería mantener separados los datos de ADN y los nombres y direcciones, para que los hackers no puedan hacerse con ellos. Y también habría que controlar el acceso de las autoridades.
El genetista de la Universidad de Leicester insistió en sus denuncias al sistema de datos genéticos actualmente usado en el Reino Unido, porque no es suficientemente seguro como para no evitar “falsos positivos”, es decir, puede dar identificaciones falsas. “Las posibilidades de que coincidan dos personas que no tienen nada que ver es de 1 en 10 trillones… y eso no es suficientemente bueno”, señala.
La base de datos criminal del Reino Unido tiene datos de 2,7 millones de británicos. De cada uno se guardan 10 marcadores o datos de su genoma. Jeffreys lleva tiempo pidiendo a la policía que guarde más datos (unos 15 por persona) para evitar falsas identificaciones.
Además, la ley inglesa ha cambiado. Antes sólo se fichaba genéticamente a los ciudadanos que resultaban condenados. Ahora “si te llevan a comisaría en el contexto de una investigación policial, la policía tiene el derecho a pedirte un test de ADN, y ese perfil irá a la base de datos y quedará allí. Eso es una seria violación de las libertades civiles”.
“Otra área en la que la policía está interesada en acceder es la variación de ADN que habla de la apariencia física de una persona: origen étnico, color del pelo, de los ojos, estatura, apariencia facial… considero que esto es una irrupción muy fuerte en la privacidad genética”, sigue denunciando el genetista.
Una novedad es la tendencia de la tecnología a facilitar la recogida y el análisis de muestras: “se habla mucho del laboratorio en un chip”, es decir, que los investigadores forenses (al estilo CSI) podrían sacar un aparatito del bolsillo y analizar in situ, junto al cadáver, el ADN del cabello, piel, etc…
Las identificaciones por ADN afectarán a nuestro futuro cotidiano: en vez de teclear un número en un cajero o en las tarjetas de pago, las máquinas de cobrar (en el supermercado, por ejemplo) podrían reconocernos por una muestra genética, cuando colocamos nuestra mano en un dispositivo, contrastándola con el perfil genético que tienen guardadas de nosotros.
Publicado en ForumLibertas