De la difusión actual de la FIVET dan una idea los datos más recientes (corresponden a 1999) recopilados por la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) (1). Aunque se refieren solo a Europa, resultan significativos, ya que en este continente se realizan el 60% de todos los tratamientos …
De la difusión actual de la FIVET dan una idea los datos más recientes (corresponden a 1999) recopilados por la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) (1). Aunque se refieren solo a Europa, resultan significativos, ya que en este continente se realizan el 60% de todos los tratamientos de reproducción asistida.
En 1999 se registraron 258.460 ciclos (tratamientos) de reproducción asistida (todos los métodos) en los 22 países europeos estudiados. En comparación, en Estados Unidos se realizaron 86.822 ciclos. En los ocho países europeos sobre los que hay datos completos hubo 943 ciclos por millón de habitantes en 1999, casi el triple de la tasa de Estados Unidos (317).
El 48,5% de los ciclos realizados en Europa fueron de FIVET. La segunda técnica más usada (36,8% de los casos) es la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI). Hubo además 34.000 ciclos de transferencia de embriones congelados (13%) y un 1,5% de donación de ovocitos.
Si se comparan el número de tratamientos efectuados con el de embarazos conseguidos en 1999, resulta una tasa de éxito del 27,7% para la FIVET y del 27,9% para la ICSI. Esto supone unos incrementos de 0,7 y 1,1 puntos, respectivamente, con respecto a las tasas de 1998.
Pero si se comparan los embarazos no con los ciclos realizados, sino con el número de embriones transferidos en todos los ciclos, la tasa de éxito es mucho menor. En efecto, para conseguir un embarazo hubo que transferir una media de 7,8 embriones, lo que se traduce en una tasa de éxito del 12,8%. En España, el tercer país europeo ““después de Ucrania y Hungría”“ donde más embriones se transfieren en cada tratamiento, hicieron falta, por término medio, 10,2 embriones para obtener un embarazo (o sea, 9,8 embarazos por 100 embriones transferidos). Ahora bien, en cada ciclo se suele obtener varios embriones más que no son transferidos, sino desechados o congelados; si se los contara ““cosa que no hace el informe de la ESHRE”“, resultaría un rendimiento de la FIVET en torno a 4-8 nacimientos por 100 embriones creados, según cuántos embriones congelados se lograra implantar luego con éxito.
Por otra parte, la FIVET resulta en una tasa de embarazos múltiples muy elevada: el 26,3% en Europa en 1999 (en Estados Unidos, el 37%). La proporción europea se compone de un 24% de partos dobles, un 2,2% de triples y un 0,1% de cuádruples (o sea, 25 veces la frecuencia natural de gemelos, casi 150 veces la de trillizos y 500 veces la de cuatrillizos). Como los embarazos múltiples entrañan mayores riesgos para la madre y los hijos, varios participantes en el último congreso de la ESHRE (Madrid, 29 de junio a 3 de julio de 2003) subrayaron que se debía transferir solo un embrión en cada ciclo, y congelar los demás, al contrario de lo que hacen aún muchas clínicas para aumentar la probabilidad de éxito.
Otra de las complicaciones de la FIVET, a la que también se dedicó una sesión del reciente congreso de ESHRE, es el síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO), que afecta a cerca de 2.000 mujeres al año en Europa.
El SHO se da cuando, después de la FIVET, los ovarios de la mujer siguen produciendo más folículos y óvulos que lo normal, por efecto de las hormonas administradas durante el tratamiento de reproducción asistida.
En el congreso de la ESHRE se presentó un estudio sobre consecuencias de la ICSI, dirigido por el Prof. Gianpiero Palermo, del Cornell Medical College (Estados Unidos). Según muestra ese trabajo, los niños nacidos por este método, usado en casos de infertilidad masculina, heredan la esterilidad del padre.
Ya antes se habían detectado riesgos y complicaciones de la reproducción asistida. Según un estudio, el 7,4% de los niños nacidos por ICSI tienen defectos congénitos que exigen terapia continuada o suponen una limitación permanente; el 0,8% (cuatro veces la probabilidad natural) presentan aberraciones en los cromosomas sexuales (ver servicio 16/98). Otros estudios han señalado que en los nacidos mediante fecundación in vitro se da mayor frecuencia de distintas anomalías (ver servicios 37/02 y 51/03). En Francia, el Comité Consultivo Nacional de í‰tica concluye, en un informe que revisa las investigaciones realizadas en los últimos años, que el riesgo de malformaciones congénitas en los niños concebidos por FIVET (2,4%) es el doble que en los embarazos naturales.
Javier Táuler.
(1) K.G. Nygren y A. Nyboe Andersen, “Assisted reproductive technology in Europe, 1999. Results generated from European registers by ESHRE”, Human Reproduction (noviembre 2002), pp. 3260″“3274
Publicado en Aceprensa 105/03