JUEVES 5 de agosto (HealthDayNews/HispaniCare) — Cuando las personas firman un testamento en vida, suponen que sus deseos sobre su muerte serán respetados, pero un nuevo estudio aumenta la creciente evidencia que sugiere que estas instrucciones son ignoradas muchas veces. Cuando se dio a los doctores situaciones hipotéticas sobre pacientes …
JUEVES 5 de agosto (HealthDayNews/HispaniCare) — Cuando las personas firman un testamento en vida, suponen que sus deseos sobre su muerte serán respetados, pero un nuevo estudio aumenta la creciente evidencia que sugiere que estas instrucciones son ignoradas muchas veces.
Cuando se dio a los doctores situaciones hipotéticas sobre pacientes imaginarios con testamentos en vida, casi dos tercios de los 117 doctores encuestados dijeron que no seguirían las órdenes. Tenían más probabilidades de divergir de los documentos cuando se enfrentaban a miembros de la familia con puntos de vista diferentes, o si había un pronóstico positivo para los pacientes.
Los hallazgos no son sorprendentes, dijeron expertos que estudian los problemas planteados por el final de la vida.
“Ha habido muchos estudios durante la última década que sugieren que las directivas anticipadas, especialmente los testamentos en vida, no son particularmente útiles”, dijo Alan Meisel, profesor de derecho y bioética de la Universidad de Pittsburgh.
El problema, añadió, es que “es imposible para las personas refinar por adelantado lo que desean y no desean en cuando al cuidado médico. Nunca saben cuáles serán las situaciones. Son particularmente complejas y cambian constantemente”.
En el estudio, los investigadores entrevistaron a 250 doctores y les preguntaron cómo manejarían seis situaciones hipotéticas que involucraban a pacientes seriamente enfermos que no podían tomar sus propias decisiones en cuanto a su atención. Los investigadores provenían del Centro Médico del Jerry L. Pettis Memorial Veterans Affair y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Loma Linda, en California. Los 117 doctores que respondieron provenían todos del Centro Médico de la Universidad de Loma Linda y los hospitales afiliados.
Los hallazgos aparecen en una edición reciente de The Archives of Internal Medicine.
En el 65 por ciento de los casos, los doctores entrevistados dijeron que no seguirían las órdenes de las directivas anticipadas dejadas por los pacientes. Los autores del estudio escribieron que en situaciones clínicas difíciles, los internistas parecían considerar otros factores tales como el pronóstico, la calidad de vida percibida, y los deseos de la familia o de los amigos como algo más importante que la directiva.
“Hay dos razones obvias por las cuales un doctor podría no seguir una directiva anticipada”, dijo el Dr. Howard Brody, un bioeticista de la Universidad Estatal de Michigan. “La primera razón es que el doctor es una mala persona y está practicando la medicina sin ética. La segunda razón es que la directiva anticipada no se puede seguir”.
Con frecuencia, los pacientes simplemente no anticipan lo que podría pasar en la habitación de un hospital, señaló Brody, o sus directivas son muy vagas. “Las personas dicen cosas como ‘sin heroísmo’. ¿Qué significa eso? ¿Qué es heroico y qué no lo es?”
En algunos casos, añadió, los pacientes pueden escribir directivas ordenando que no se les pongan respiradores, esos aparatos mecánicos que les ayudan a respirar. Pero cuando los pacientes van al hospital, los doctores pueden violar las órdenes porque los pacientes sólo necesitan tener un respirador unos cuantos días.
“Entonces, parece que el doctor no está siguiendo la directiva del paciente, pero si en realidad hubiera podido hablar al paciente y explicarle, el paciente podría haber estado totalmente de acuerdo con esto”, apuntó Brody.
Entonces, ¿qué tendrán que hacer las personas cuando esperan poder controlar su atención si no pueden hablar por sí mismas?
Robyn Shapiro, directora del Bioethics Center en la Universidad Médica de Wisconsin, recomienda que se nombren guardianes para asegurar que los deseos de los pacientes sean seguidos. Esto es particularmente importante debido a que la ley no siempre da suficiente “fuerza” para garantizar que los doctores sigan las órdenes, afirmó.
Shapiro también recomienda a las personas que hablen tanto con sus médicos como con su familia sobre sus preferencias con suficiente anticipación. Los documentos legales son sólo “una de muchas herramientas para proteger los derechos de los pacientes a dirigir el curso del tratamiento”, apuntó.
Por Randy Dotinga Reportero de HealthDay