Trasplantes de útero: ¿Cuál es el punto de vista ético?

mujer pensando
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Se trata de una primicia en Gran Bretaña: una mujer nacida sin útero ha sido trasplantada, a los 34 años, con un útero de donante. El equipo médico espera ahora un embarazo.

Desde que en 2013 se llevó a cabo en Suecia el primer trasplante de útero con éxito, esta proeza técnica se ha desarrollado en todo el mundo:

Hasta la fecha, se han realizado con éxito un centenar de trasplantes en todo el mundo, que han dado lugar al nacimiento de unos cincuenta bebés. Sin embargo, la operación sigue siendo muy complicada y plantea numerosas cuestiones médicas y éticas.

Los investigadores consideran que el trasplante de útero es un reto importante, ya que se cree que 1 de cada 500 mujeres tiene una anomalía uterina. Las mujeres que solicitan un trasplante de útero son aquellas cuyo:

  1. Útero está ausente (ausencia congénita o síndrome de Rokitansky).
  2. Es disfuncional (cáncer, cirugía).

Sin embargo, más que para cualquier otro órgano, la disponibilidad de úteros para trasplante es extremadamente limitada.

En cuanto a las donantes fallecidas, las mujeres adultas jóvenes con un útero sano y cuyas familias no se oponen a la extirpación uterina son la excepción. Por eso se presta cada vez más atención a los trasplantes de donantes vivos:

  • El donante es entonces un pariente.
  • Un amigo íntimo de la receptora
  • Incluso una mujer que desea ser considerada como un hombre y dona su útero. Esta última categoría de donante tiene la ventaja de ser joven, lo que favorece la calidad del injerto.

A diferencia de Bélgica, la donación de úteros de mujeres vivas está autorizada en Suecia y Estados Unidos.

Cuestiones éticas

Las cuestiones bioéticas que plantea el trasplante de útero son a menudo incomprendidas, pero distan mucho de ser triviales, aunque el objetivo -permitir a una mujer dar a luz a un niño a pesar de su patología- sea comprensible:

1) Desde el punto de vista de la donante viva, la extirpación del útero con vistas al trasplante presenta una serie de riesgos para su salud, e incluso para su vida (riesgos mayores que los asociados a una simple histerectomía). Cuando la donante está aún en edad fértil, el carácter irreversible de la extirpación de su útero también plantea interrogantes.

2) Para la receptora, el trasplante presenta actualmente riesgos importantes con una tasa de éxito baja: las condiciones indispensables para este tipo de trasplante incluyen el tratamiento hormonal para preparar el útero para el embarazo, la estimulación hormonal para obtener ovocitos, la fecundación in vitro con su baja tasa de éxito, los efectos secundarios de la inmunosupresión, la necesidad de una cesárea y, por último, la extirpación del útero tras el embarazo.

3) En cuanto a los niños nacidos tras un trasplante de útero, los ensayos clínicos realizados hasta la fecha han mostrado una recurrencia de la prematuridad y el (muy) bajo peso al nacer. Tampoco pueden descartarse riesgos para la salud futura del niño relacionados con el tratamiento inmunosupresor de la madre. Por último, la Academia Nacional de Medicina francesa no descarta la posibilidad de interferencias familiares posteriores derivadas de un trasplante intrafamiliar, en la experiencia y la crianza del niño.

Los trasplantes de útero se presentan a menudo como una alternativa ética a la maternidad subrogada. Sin embargo, las diversas cuestiones planteadas anteriormente merecen una atención especial, al igual que los efectos colaterales de la procreación artificial, por una parte, y el balance beneficio-riesgo de los trasplantes de órganos, por otra. El embarazo resultante de un trasplante uterino implica de facto una fecundación in vitro, con sus problemas bien conocidos (impacto en la pareja, salud de la mujer, relación paterno-filial que puede romperse por la aportación de gametos ajenos a la pareja, destino de los embriones supernumerarios, etc.).

Cabe añadir que, desde el punto de vista de la relación beneficio-riesgo, el trasplante de útero se diferencia de todos los demás trasplantes en que no es vital.

Así pues, más allá de las cuestiones éticas relativas a la donación de órganos, es el conjunto del contexto médico y procreativo del trasplante de útero el que debe ser objeto de un análisis ético riguroso.

 

Publicada en Institut Européen de Bioéthique | 13 de septiembre de 2023 | Greffes d’utérus : quel regard éthique ?

 

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