Desde la perspectiva de la ética y la seguridad del paciente, el aspecto más significativo del Informe del Comité Selecto de la Cámara de los Comunes sobre el suicidio asistido es lo que NO dijo.
Durante los últimos dos meses ha habido una incesante campaña mediática para cambiar la ley sobre el suicidio asistido por médicos o “muerte piadosa”. A pesar de esta presión:
- El Comité NO concluyó que fuera necesario cambiar la ley actual sobre suicidio asistido;
- El Comité NO recomendó que se estableciera un Jurado Ciudadano sobre el suicidio asistido;
- El Comité NO recomendó que hubiera un referéndum sobre el suicidio asistido;
- El Comité NO recomendó que el Parlamento debatiera la legalización del suicidio asistido.
En lugar de recomendar que el Parlamento considere la cuestión, el Comité simplemente señaló que era una cuestión que correspondía al Parlamento e intentó reunir pruebas que el Parlamento podría utilizar, si decide considerar la cuestión en el futuro.
Hay mucho material útil en el Informe. Desafortunadamente, sin embargo, el nivel de análisis es desigual y a menudo presenta las afirmaciones de varios testigos sin someterlas a un escrutinio crítico.
También hay fallas en la forma en que el Informe resume la evidencia. En un momento, por ejemplo, el Comité concluye que:
“Las jurisdicciones que han introducido la muerte asistida/suicidio asistido sobre la base de una enfermedad terminal no han cambiado la ley para incluir la elegibilidad sobre la base de un ‘sufrimiento insoportable’”.
Esto es inexacto. Canadá estableció una ley en 2016 que estaba restringida a las personas cuya muerte era “razonablemente previsible”, pero en 2021 se amplió para incluir a personas con “sufrimiento insoportable”. Otros países han ampliado su ley de otras maneras:
- Para renunciar a los períodos de espera.
- Eliminar los requisitos de residencia.
- Incluir a menores de edad.
También hay algunas omisiones flagrantes en el Informe. A pesar de utilizar el término “suicidio asistido” junto con “muerte asistida”, el Comité no examinó el efecto adverso que un cambio en la ley puede tener en la prevención del suicidio entre personas mayores o gravemente enfermas.
El Centro Anscombe ha contribuido a una investigación que muestra que, en Estados Unidos, un cambio en la ley para permitir el suicidio asistido se asoció con un aumento del suicidio no asistido, incluso teniendo en cuenta factores sociodemográficos.
Sin embargo, es digno de encomio que el Comité identifique la necesidad de apoyo de salud mental para las personas diagnosticadas con una enfermedad terminal, incluido el apoyo en relación con la prevención del suicidio.
Por tanto, el Centro Anscombe critica algunos aspectos del informe, pero, no obstante, respalda las tres recomendaciones del mismo. Estas son:
- En primer lugar, que el Gobierno del Reino Unido debe considerar cómo responder a otra jurisdicción del Reino Unido, o de las Dependencias de la Corona, que legisla para permitir la muerte/suicidio asistido, y cómo puede afectar a las jurisdicciones que no lo permiten.
- En segundo lugar, que el Gobierno debe garantizar la cobertura universal de los servicios paliativos y de final de vida, incluidos los cuidados paliativos en el hogar.
- En tercer lugar, existe una necesidad apremiante de comprender cómo brindar mejor apoyo y orientación en materia de salud mental a las personas que viven con un diagnóstico terminal y el Gobierno debería encargar dicha investigación e informar al Parlamento.
Puede ser decepcionante que el Comité no haya sido más crítico con aquellos países que han legalizado el suicidio asistido y que afirman que no ven ni oyen ningún mal. Hay una amplia evidencia de efectos adversos en estos países:
- Personas que terminan con sus vidas sin consentimiento.
- Aumento de los suicidios sin asistencia a personas a las que se les niega la vida asistida pero se les ofrece “muerte asistida”.
- Personas que buscan la muerte no por sufrimiento físico sino porque sienten que son una carga para los demás.
Sin embargo, es admirable que los parlamentarios hayan resistido la presión para pedir un cambio en la ley. Hay muchos problemas en la atención al final de la vida, pero legalizar el suicidio asistido no resolvería estos problemas y cambiar la ley de esta manera pondría en peligro aún más a muchas personas vulnerables.
¿Apoya un cambio en la ley sobre cuidados al final de la vida o está de acuerdo en que legalizar el suicidio asistido es un error?
Publicada en Mercatornet por David Albert Jones | 01 de marzo de 2024 | Report from UK parliament refuses to take sides on ‘assisted dying’