El 24 de febrero pasado el Comité Asesor de í‰tica en la investigación Científica y Tecnológica ha remitido su Informe: “La investigación sobre células troncales”. Es una muy buena noticia, y ojalá vaya seguida por otros informes de este Comité y de otros previstos en las diversas legislaciones que ayuden …
El 24 de febrero pasado el Comité Asesor de í‰tica en la investigación Científica y Tecnológica ha remitido su Informe: “La investigación sobre células troncales”. Es una muy buena noticia, y ojalá vaya seguida por otros informes de este Comité y de otros previstos en las diversas legislaciones que ayuden a que la sociedad civil tome más conciencia de la necesidad de un diálogo racional sobre los caminos éticos por los que debe caminar en su progreso.
Aspectos claros de las Recomendaciones:
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Se habla por dos veces la necesidad de estudios previos con animales y siguiendo la normativa vigente sobre ensayos clínicos e investigación clínica.
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Se manifiesta el acuerdo unánime en la ausencia de problemas éticos para la utilización de células madre procedentes de tejidos humanos, o del cordón umbilical o de fetos abortados. Considerada la gran capacidad de estas células se recomienda que se intensifiquen los estudios con estas células.
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No se presenta problemas éticos la utilización de líneas de células embrionarias que ya se tienen.
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Se recomienda la investigación con ambos tipo de células troncales.
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Se constata el problema de acumulación de embriones congelados en las clínicas de fecundación in vitro, y por tanto se debería reducir al mínimo esta situación.
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No se deben producir embriones directamente para la experimentación, esto incluye la llamada clonación terapéutica.
Un aspecto menos claro
El punto más confuso de las Recomendaciones es el cómo interpretar las referencias a soluciones para los embriones congelados sobrantes en las clínicas de reproducción asistida. Por una parte se recomienda que antes que destruirlos se utilicen para obtener células madre ““troncales- embrionarias. Por otra parte se recomienda también promover la donación de los embriones congelados a las parejas que los precisen con fines de reproducción.
En mi opinión el concepto clave para aclararnos en este punto crucial es el de la viabilidad de los embriones. En el informe hay una postura clara respecto a la significación de este concepto: se trata de la capacidad para iniciar o continuar el proceso de división celular. Se trata de un concepto biológico de viabilidad: que implantados en una madre receptora podrían continuar su desarrollo a feto y después nacer. Por tanto lo que tenemos congelados en esas clínicas son embriones creados para llegar un día a ver la luz como niños y hombres, que, han sido parados en su proceso ““se les ha congelado-, pero que superado este parón podrían continuar el camino para el que se les ha traído a la vida. Ese fue además el motivo por el que se admitió su congelación: poder, sin necesidad de más procesos fertilizantes, ser implantados.
Ahora bien, el proceso de congelación no es inocuo. De hecho más del 50 por ciento mueren en él. Nos podemos encontrar con embriones que al descongelarse se comprueba que están muertos, o que han muerto en ese proceso, y también con embriones que por sus características pueden definirse como no viables: no pueden desarrollarse para llegar a un desarrollo maduro. No pueden ser implantados en ninguna madre.
En este segundo caso se trata de embriones, que podríamos decir están muertos como tales embriones, aunque todavía puedan tener alguna vida celular, y precisamente de células troncales.
Ante esta situación la propia coherencia de razonamiento del informe, nos parece que debería aludir a este segundo caso como la fuente de células troncales embrionarias fomentando la donación de los embriones viables para las parejas que no pueden tener hijos
Si se piensa que la finalidad de que se puedan crear embriones in vitro es que las familias estériles puedan tener hijos, es indiferente que los embriones creados hayan sufrido un “parón de congelación” o no, lo importante es que están capacitados para llegar a constituir esos hijos.
Si se aceptase sin embargo que, siendo viables, se pueden utilizar para obtener células troncales, parece que es indiferente que en medio hayan sido congelados o no.
La recomendación, por tanto, de que “no se creen específicamente embriones con el fin directo de generar células troncales para la investigación”, no puede quedar en una mera declaración vacía de contenido si no que debe tener en cuenta este concepto de viabilidad, y actuar en consecuencia con los ya congelados.
Esperemos que la futura legislación sea más precisa en cuanto a matizar las diversas posibilidades respecto a la obtención de células troncales embrionarias, dando algún contenido específico a ese valor que todos admiten que tienen el embrión desde el momento de empezar a existir.